viernes, 14 de febrero de 2020


Donagha y Vauria

Se trata de un matrimonio que, según cuenta la tradición celta, vivía en perenne desacuerdo a causa de su carácter. Donogha, el marido era tranquilo y perezoso; Vauria, la mujer, era, por el contrario, diligente y activa. Un día estaba Donogha en el bosque recogiendo leña para el fuego y, después de hacer un haz, se sentó sobre él y empezó a lamentarse por el carácter gruñón de su mujer. Entonces se  le apareció un duende y le prometió que le concedería dos deseos, pero que se los pensara bien, antes de pedirlos.
Donogha  cargó con el haz de leña y, como se cansaba con el peso, sin pensarlo, exclamó: “¡Ya podría este haz de leña transportarme a mí, en lugar de transportarlo yo!”. Al momento, unas ramas se convirtieron en patas, que empezaron a caminar y Donogha se vio montado sobre el haz.
De vuelta a casa, Donogha contó a su mujer lo sucedido y le dijo que todavía tenía un deseo por pedir. Ésta recriminó a su marido el haber desaprovechado uno de los dos deseos y le llamó bobo y otros insultos, que Donogha no pudo ni quiso aguantar. Agotada su paciencia, exclamó: “!Ojalá que nos separara toda la extensión de Irlanda!”. En ese momento, su esposa y su cabaña aparecieron en el otro extremo del país y nunca más volvieron a encontrarse.

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