Dioses de la guerra

Prácticamente todos los pueblos han invocado a los dioses antes de ir a la guerra. Y prácticamente todas las mitologías tienen sus dioses de la guerra.

El dios griego de la guerra era Ares; el romano era Marte; en el sur de la antigua Arabia era Attary su consorte era la estrella de la mañana; Vahagn era el dios armenio del sol y la guerra, tenía el cabello y la barba hechos de llamas y los ojos como soles.

En el mito azteca, Huitzilopochtli, era un dios de la guerra. Los aztecas empleaban un método de guerra, llamado “guerra de las flores”, en el que no mataban a sus enemigos sino que lo capturaban para después sacrificarlos en ritual y ofrecer sus corazones latiendo todavía a su dios Huitzilopochtli.

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LEYENDAS

Cachirú

He recogido de las redes que el antropólogo argentino  Adolfo Colombres, en sus “Seres sobrenaturales de la Cultura Popular Argentina”, describe el mito del “Cachirú”, más o menos en los términos siguientes:

Es como un pájaro nocturno, como una lechuza, de ojos luminosos y fuertes graznidos. Tiene unas garras tan fuertes que ataca a las personas y las eleva y las destroza. Se come su alma y las convierte en fantasmas.

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Poderes de Sigurd

Cuando Sigurd mató al dragón Fafner le robó su oro y adquirió dos poderes: al comerse su corazón aprendió a comprender a los animales y, al bañarse en su sangre se hizo invulnerable excepto por una pequeña parte de su hombro.

Se enteró por las aves que su padre adoptivo, el herrero Regin lo quería matar para robarle el oro, así que fue él quien mató a su padre.

Visitó a las valkirias, grupo de mujeres que trabajaban para Odín y fue allí donde conoció a Brinhild y se enamoró. Para sellar el compromiso le dio un anillo de oro del dragón que había matado, sin saber que para aquel que lo llevara caía una maldición. Al olvidarse de la promesa de matrimonio, se enamoró de Gudrum, hija del rey. Fue entonces cuando Brihild convenció a los hermanos de Gudrum para que mataran a Sigurd y uno de ellos, Guttorm lo hizo atravesando la parte vulnerable que Sigurd tenía en el hombro.

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Tamba Tayá

He aquí, recogida de la red, cómo aparece descrito el mito de Tamba Taya:

“Según esta leyenda amazónica, al morir su amada, un indio tupí se la llevó al interior de la selva y en la soledad, lejos de todos, se enterró vivo junto al cadáver del ser que amó en vida. Sobre el sepulcro -dice la leyenda- brotó el árbol del Tamba-tayá, cuyas hojas son dos hojillas pegadas, una más grande y otra más pequeña unida a la primera.

Representan a la desgraciada pareja unida en un abrazo de eterna vida, sublime símbolo del amor”.

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