jueves, 31 de diciembre de 2020

 Origen del sol y de la luna

 

Cuenta esta leyenda mexicana que en el principio de los tiempos, en la tierra sólo había oscuridad. Preocupados los dioses, se reunieron en una ciudad del cielo para hacer que hubiera luz en la tierra.

Se les ocurrió encender una gran hoguera e invitar a los dioses a convertirse en sol. Aquel dios que primero se arrojase a la hoguera quedaría convertido en sol y alumbraría a la tierra. Dos dioses se presentaron como candidatos. A la hora de la verdad, el primero de ellos, que era un dios rico y hermoso, tuvo miedo sin embargo, y no se atrevió a saltar a la hoguera. El segundo dios, que era feo y pobre se arrojó sin pensarlo, pues era muy valiente, se quemó y quedó convertido en sol.

Entonces el primer dios se avergonzó de su cobardía y, arrepentido, se arrojó también y quedó convertido en un segundo sol.

El resto de los dioses convinieron en que el segundo sol tenía que ser apagado, pues no podía haber dos soles en el firmamento. Para apagarlo cogieron por las patas a un conejo  y lo arrojaron contra el segundo sol, que, al momento disminuyó su luminosidad y quedó convertido en luna.

Por eso, todavía hoy, si miramos bien, podremos observar la figura de un conejo en la faz de la luna.

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viernes, 25 de diciembre de 2020

Anubis

Es el dios de los muertos, guardián de la necrópolis. Se le representa como un hombre con cabeza de chacal o de perro. A veces aparee con una venda roja alrededor del cuello y un látigo entre las patas traseras. Otras veces, aparece con una cruz en la mano izquierda y un cetro en su mano derecha. Cuidaba de los muertos durante la momificación y embalsamamiento. Después los guiaba a la habitación de la ‘Ambas verdades’, donde tenía lugar el ‘juicio de los muertos’, consistente en pasar por la prueba de la balanza, para pesar sus corazones.

Según Plutarco, Anubis es hijo ilegitimo de Neftis y de Osiris. De modo que cuando Seth mató a Osirirs y lo desmembró, en su reconstrucción participó Anubis junto con Isis y Neftis. Para Anubis sería este el inicio en la práctica de la momificación y el embalsamamiento.

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sábado, 19 de diciembre de 2020

El Cocay (La luciérnaga)

 

Esta leyenda maya cuenta que hubo un hombre capaz de curar todas las enfermedades valiéndose de una piedra mágica de color verde. Un día fue reclamado para curar a un niño y en el camino perdió la piedra. Pidió ayuda a los animales para que le ayudaran a encontrarla. El ciervo la encontró, pero quiso quedársela y se la tragó. Se puso enfermo y la devolvió.  Hubo otros animales como el zapilote y la liebre, que empezaron a buscar, pero pronto se cansaron y se olviadron de la piedra.

El animal que más interés puso en la búsqueda de la piedra fue el cocay. En su búsqueda incansable empezó a brillar y, a medida que se iba acercando a la piedra, brillaba con más intensidad. Al fin la encontró, la devolvió a su dueño y, como premio, el cuerpo del cocay quedó luminoso para siempre.

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lunes, 14 de diciembre de 2020

Arebati

Para los pigmeos Mbutí de la República Democrática del Congo, Arebati es el dios lunar, el dios del cielo. Con la ayuda de la Luna creó de barro al primer hombre, cubriendo el barro con piel y derramando sangre sobre ella.

Arebati no dejaba, en principio, que la gente muriera; cuando los hombres envejecían, los volvía a la juventud. Pero un día Arebati quiso devolver a la vida a una mujer que había muerto. La mujer estaba junto a una tumba y Arebati mandó a una rana que moviera el cuerpo de la mujer, advirtiéndole que si la mujer caía al foso, vendría una desgracia grande. La rana movió el cuerpo de la mujer e hizo caer al cuerpo dentro del foso, cayendo ella detrás. Desde entonces, la gente empezó a morir y sigue muriendo.

Otra versión cuenta cómo el dios Baatsi permitió a los humanos que comieran de los frutos de cualquier árbol, menos de los del tahu. Si obedecían podrían vivir para siempre , sin morir. Pero un día una mujer embarazada comió del fruto prohibido y Baatsi, enfadado, permitió que, desde entonces, la gente muriera.

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lunes, 7 de diciembre de 2020

Curupira

 

En la tradición brasileña, Curupira es una especie de enano de cabello rojo como el fuego, que tiene los pies vueltos hacia atrás y que cuida de la naturaleza. Es enemigo de los leñadores, a los que despista con las huellas de sus pies, para perderlos en los bosques. Así mismo no puede ver a los cazadores a los que les juega malas pasadas, como es estropearles las armas de caza, o convertirse él mismo en caza y hacerse perseguir hasta que los extravía en en el interior del bosque.

Así como por unos es considerado como un duendecillo de orejas puntiagudas, que le gusta jugar haciendo travesuras, para otros es un ser verdaderamente peligroso, malicioso y demoníaco, capaz de ejercer violencia contra las personas, raptar a los niños a cometer abusos sexuales.


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miércoles, 2 de diciembre de 2020

Acteón

Era un joven cazador, discípulo del centauro Quirón. Andando de caza, se encontró un día, por casualidad, a la diosa Artemis que se estaba bañando desnuda, se quedó mirando, prendido de su belleza. Artemis, en castigo, transformó a Acteón en un ciervo, y mandó a los cincuenta perros que llevaba el joven para que acabaran con él. Los sabuesos devoraron a su amo y después lo iban buscando por el bosque. Quirón, para consolarlos hizo una estatua de Acteón.

Otra versión del mito dice que Artemis castigó a Acteón, convirtiéndolo en venado, porque éste había alardeado de ser mejor cazador que ella.

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