miércoles, 29 de junio de 2022

La leyenda de la calavera (Leyenda Celta)

 

Vivió en cierta ocasión un granjero que sólo tenía un hijo, un muchacho de carácter inquieto y revoltoso, lo que le valía estar en disputa permanente con su padre. El muchacho contrajo una extraña enfermedad y murió, y su padre, enfadado con él por haberse dejado vencer por la enfermedad, no quiso acudir al entierro.

Pasado un tiempo, murió un vecino y amigo del granjero, éste apenado acudió a su entierro para presentar sus respetos. Después de la ceremonia, mientras miraba distraídamente una fosa, el granjero vio una calavera, preguntándose cómo habría sido la vida de ese difunto.

Con gran sorpresa vio cómo la calavera le comunicó que le visitara la noche siguiente, si luego él se comprometía a pasar otra noche con ella, a lo que el hombre accedió lleno de curiosidad. A la vuelta se encontró con un druida y le comentó lo sucedido, éste le dijo que debía ser un sueño, puesto que las calaveras no hablan. Ante su descreimiento, le citó para la noche siguiente en su casa, para asistir a le extraña visita.

Durante la noche siguiente, el granjero y el druida se prepararon para recibir a la calavera y se sentaron junto a una mesa. De repente llamaron a la puerta, el granjero se apresuró a abrir, apareciendo el cráneo. La calavera se subió en la mesa y después de devorar todos los manjares que allí había dispuestos, desapareció; mientras tanto, el granjero como el druida habían permanecido mudos por el asombro.

A pesar de no haber conversado con ella, el granjero decidió cumplir con la palabra dada a la calavera y acudió al cementerio; allí encontró una escalinata al lado de la tumba en donde había visto por primera vez a la calavera. Sin pensárselo dos veces decidió bajar por ella.

 

De repente se encontró en medio de un campo en el que multitud de hombres luchaban con espadas, lanzas y hoces. Algunos al verle le dijeron que si buscaba a la calavera debía ir al campo de al lado. Al llegar allí lo que encontró fue a hombres y mujeres peleando e insultándose. Una de las mujeres le indicó que si quería encontrar el cráneo debía cruzar el río y pasar a la otra orilla. El granjero obedeció y allí encontró una gran casa. En el salón descubrió un gran fuego en la chimenea, junto a una dama y una criada. La dama se paseaba de un lado a otro, y cada vez que se acercaba al fuego a calentarse, la criada le apartaba de él. La criada le indicó que para encontrar lo que buscaba que fuera hacia la puerta a la izquierda de la habitación, que pasara por ella y que allí lo hallaría.

Cuando entro en la habitación por fin encontró a la calavera, que solícita le preguntó si quería cenar. Como el granjero estaba exhausto después de tanta búsqueda asintió enérgicamente. La calavera lo acompañó hasta la cocina en donde se encontraban tres mujeres, pidiéndole a una de ellas que le sirviera la cena. Ésta cogió un pan moreno y una jarra de agua y se lo sirvió al hombre, el cual al ver tan magro alimento, desistió de comer. Seguidamente, el cráneo pidió a la segunda mujer que sirviera la cena, pero ésta lo hizo aún peor que la primera, por lo que el hombre seguía sin comer. Por fin la calavera le pidió a la tercera mujer que sirviera al granjero y ésta le sirvió una opípara cena con espléndidos vinos y alimentos. Cuando el granjero terminó de cenar, la calavera decidió explicarle el significado de lo que había visto. Así, le dijo que los hombres del primer campo estaban en perpetua lucha unos contra otros por las lindes de sus tierras, por lo que habían sido castigados a luchar durante toda la eternidad. Las parejas que peleaban eran matrimonios que habían hecho lo propio en vida, y que deberían seguir haciéndolo tras su muerte. En cuanto a la señora que había en una de las habitaciones se había comportado tan mezquinamente con su criada, a la que ni siquiera dejaba acercarse al fuego en los días de más frío, que ahora sufriría ella eternamente ese frío y hambre. Y las tres mujeres que ves aquí fueron un día mis tres esposas. Cuando le pedí a la primera que me preparara la cena, sólo me daba pan moreno y agua; cuando era la segunda la que servía el resultado era aún peor; afortunadamente mi tercera esposa siempre servía un banquete digno de un rey.

A continuación la calavera mirándole largamente le dijo: ‘Tú, en cambio, aún puedes rectificar, has sido traído hasta este lugar por no querer ir al funeral de tu hijo al estar enfadado con él, mientras acudiste presuroso al de un vecino. Para ello debes regresar a la tumba de tu hijo y suplicar su perdón, sólo así podrás salvarte del suplicio eterno’.

El granjero quedó paralizado, ya que la calavera en un un susurro también le dijo: ‘Ten en cuenta que desde tu salida de casa han transcurrido setecientos años’. Como en un sueño, el granjero fue caminando por el cementerio y, a pesar del tiempo transcurrido, aún pudo localizar la tumba de su hijo. Allí cayó arrodillado y entre sollozos suplicó arrepentido una y otra vez a su hijo que lo perdonara. Cuando ya había perdido las esperanzas, una mano surgió de la tumba, una mano que cogió la suya, ayudándole a llegar al cielo.

 

Tomado de https://mitosyleyendascr.com/mitologia-celta

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miércoles, 22 de junio de 2022

Aglauro

Era una princesa ateniense, hija de Cécrope, el primer rey que estableció la institución del matrimonio. Aglauro, junto con su hermana Herse quedaron sepultadas bajo una roca que Atenea, airada, para castigarlas, dejó caer cuando la transportaba a la acrópolis, después de que ellas se suicidaran arrojándose desde un acantilado.

Cuenta el mito que Hefesto quiso violar a Atenea y ésta lo rechazó, pero el semen cayó a tierra fertilizándola. De aquí nació Erictonio. Dado que Atenea quería mantenerlo en secreto, entregó el niño, en una canasta cerrada, a Aglauro y sus hermanas para que lo custodiasen, prohibiéndoles que abrieran la canasta. Aglauro y Herse, no pudieron resistir la curiosidad y abrieron la canasta. El pequeño Erictonio tenía la mitad del cuerpo en forma de serpiente y las hermanas se volvieron locas y se suicidaron.

Otra versión cuenta que Hermes se enamoró de Herse y le pidió a Aglauro que mediara ante su hermana en su favor. Al enterarse Atenea mando a la Envidia (Némesis) para que se apoderara de Aglauro y ésta, llena de celos impidió a Hermes que entrara en su casa para ver a Herse. Como venganza, Hermes la trasformó en una roca.

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jueves, 16 de junio de 2022

El Fraile sin Cabeza

El mito cuenta que el fantasma de un clérigo (monje o cura), que no tiene cabeza,  aparece por las noches y causa terror en la gente. Hay varias versiones acerca de su origen. La más frecuente habla de un sacerdote católico que debido a su comportamiento indigno fue decapitado como castigo. Leyendas de fantasmas decapitados que se aparecen son frecuentes y comunes en la mayoría de los países, tanto europeos como americanos, sobre todo en América latina.

En México esta leyenda es muy popular tanto en el estado de Jalisco como en el de Hidalgo. En Guatemala se dice que el cura sin cabeza llega a los pueblos al amanecer y la persona que lo ve queda muda. En Nicaragua se dice que el fantasma es la de un sacerdote sin cabeza con un cordón en la cintura del que cuelga una campana y que camina por las calles de León buscando su cabeza los jueves y viernes santos. En Costa Rica son varias las versiones. La más popular dice que el fantasma corresponde a un cura que, por mujeriego, fue decapitado por la Inquisición. En Panamá, el cura decapitado lleva una carta en la mano y se dice que cuando alguien la lea, el cura encontrará la paz. En Colombia se dice que el fantasma pertenece a un cura que predicó la religión en un pueblo y los nativos lo tomaron por brujo y lo decapitaron. En Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, etc. el mito también es conocido, con variantes similares. En Uruguay es el fantasma de una monja decapitada el que se aparece.


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jueves, 9 de junio de 2022

Satis

Una diosa egipcia. Diosa guerrera, de la caza y de la fertilidad; protectora de Egipto y guardiana de las cataratas y de las aguas del Nilo. Era esposa de Jnum, como también lo era su hermana Anukis, formando los tres la tríada elefantina. Se le representaba con tocado de buitre. También como mujer con corona del alto Egipto con cuernos de vaca. Otras veces con un cetro y unas jarras con agua, significando que era usada para purificar al faraón.

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jueves, 2 de junio de 2022

El Judío errante

 

Es un mito antisemita de la literatura cristiana de occidente. Una especie de metáfora para significar el castigo del pueblo judío o de sus autoridades por la culpabilidad que tuvieron en la crucifixión y muerte de Jesús. Dice el mito que cuando Jesús iba camino de la cruz, pidió un poco de agua a un judío y éste se la negó. Entonces Dios lo condenó a errar por el mundo hasta la próxima venida de Jesús a juzgar a vivos y muertos.

Se dice que ha sido visto en distintos años, en innumerables lugares y ciudades europeas de Alemania, España, Austria, Bélgica, Francia, etc, así como en las americanas de Estados Unidos, Colombia, Ecuador y otras. Tres son los nombres más frecuentes con los que se le suele nombrar: Samar, Asuero y Catáfilo. La figura del Judío Errante ha sido tomada y recreada por muchísimos escritores y poetas como personajes centrales o bien secundarios de numerosos cuentos, novelas relatos y poemas.

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