Montu
Dios egipcio de la guerra. Se representaba como un hombre con
cabeza de halcón y el disco solar en la cabeza. Otras veces se representaba con
cabeza de toro; y otras, armado con un
arco y un hacha. Como dios de la guerra era quien protegía al faraón durante
las batallas con los enemigos. En tiempos fue identificado como Ra (Montu-Ra),
el poder abrasador del sol. Se le veneraba en varias ciudades: Tebas, Rod,
Medamud, pero sobre todo en Hermontis.
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El pájaro Cu
En tiempos remotos, cuando los pájaros hablaban y gobernaba
el dios Tonatiuh, el pájaro más feo, el
que tenía el plumaje más horrible, era
el pájaro cu y éste no cesaba de lamentarse por ello. El águila consultó con la
sabia lechuza acerca de cómo solucionar el problema del pájaro Cu y a ésta se
le ocurrió la idea de que cada pájaro se desprendiese de una pluma para cubrir
el cuerpo del pájaro cu. El águila convocó a todos los pájaros, les propuso la
idea y éstos aceptaron, a cambio de que
el pájaro cu aceptase, a su vez, la responsabilidad de ser el mensajero de las
aves. El pájaro Cu aceptó el compromiso y así pudo cubrirse Cu con plumas de
distintos colores. Desde entonces era el
pájaro más bello. Contento con el cambio, se pasaba los días contemplándose y
pronto se olvidó de sus obligaciones. Cuando el águila comunicó al pájaro Cu
que convocase al resto de las aves, éste no le hizo caso y el águila, al ver
que no acudían los pájaros, les echó la culpa y ella misma los reunió a
picotazos. Los pájaros protestaron tanto y armaron tal algarabía que el dios
Tnatiuh se despertó y, enfadado, les privó del habla y les dejó sólo con la
facultad de graznar.
Tal sigue siendo hoy la indignación de los pájaros que tanto
la lechuza como el pájaro Cu no pueden salir de día por temor a ser picoteados
por el resto de las aves.
Otra versión dice que todos los pájaros dieron una pluma al
pájaro Cu, menos la lechuza. Por eso, los pájaros la persiguen a picotazos y
ella sólo se atreve a salir por la noche, cuando aquellos duermen.
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Los dogones
Es un grupo étnico de Malí, cerca del
río Niger, de un medio millón de personas aproximadamente, alegre por sus
esculturas, su arquitectura y sus tradicines religiosas, resultando muy
atractivo para los turistas. Ha sido un
pueblo perseguido por los fanáticos del Islam y por los traficantes de
esclavos.
Sus esculturas están cargadas de
significados simbólicos y están hechas no para ser expuestas, sino para ser
guardadas en casa representando valores religiosos. Son edificios
característicos del pueblo dogón: El Granero Masculino, en el que los hombres
guardan el mijo; el Granero Femenino, donde las mujeres almacenan sus objetos;
el ‘toguna’, edificio sólo para hombres; y la ‘casa de la mestruación’, donde
pasan las mujeres cinco días durante su período. Hombres y mujeres son
respetuosos entre sí, y otro tanto ocurre entre los jóvenes y los ancianos. La
mayor parte del pueblo dogón practica el animismo. Tienen un líder espiritual,
elegido entre los hombres más ancianos. Practican la mutilación genital femenina
y la circuncisión masculina.
Los dogones creen haber recibido por
contacto con los extraterrestres, conocimientos de hechos cosmológicos, que la
astronomía moderna ha verificado como ciertos.
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Leyenda del pez boto
Es una leyenda amazónica que todavía hoy suele contarse cuando
alguna muchacha queda embarazada sin haberse casado, Suele decirse: “ha sido el
boto”.
El boto es un pez del Amazonas, llamado delfín rosado.
Cuenta la leyenda que el boto, cuando hay luna llena, en las noches de fiestas
y de bailes, se transforma en un joven elegante, vestido de blanco, con un
sombreo siempre en la cabeza para ocultar el orificio que tienen los delfines.
Seduce a las muchachas, las lleva al fondo del río donde habita y allí las
embaraza. Por eso, cuando aparece en la fiesta algún joven desconocido con sombrero,
la gente desconfía y le obliga a quitárselo para estar seguros de que no se trata de un pez boto transformado.
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Adonis
La versión más común acerca del nacimiento de Adonis, cuenta que
la joven Mirra, a instancias de Afrodita, cometió incesto con su padre, Tías,
rey de Esmirna. Cuando Tías descubrió el engaño, persiguió a su hija para
matarla, pero Afrodita la convirtió en el árbol de la mirra. Entonces Tias
disparó una flecha al árbol y de él nació Adonis.
Dice el mito que Adonis era muy hermoso; tanto que la diosa
Afrodita se encaprichó de él, lo metió en un cofre y sello entregó a Persefone
para que lo guardara. Resulta que Persefone, al verlo, quedó también prendada de
él y ya no quiso devolverlo. En la disputa de las dos diosas tuvo que mediar
Zeus, quien determinó que Adonis pasase cuatro meses con Afrodita, otros cuatro
con Perséfone y los cuatro restantes con quien él quisiera.
Hay varias versiones sobre la muerte de Adonis. Una de ellas
dice que Artemisa, para vengarse de Afrodita por haber intervenido en la muerte
de Hipólito, mandó un jabalí que lo devoró.
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