Pirarucú

Según una leyenda amazónica era un indio, vanidoso y egoísta, hijo del jefe de la tribu. Un día tomó unos indios de la aldea y los mató por puro capricho. Se reía de los dioses y los desobedecía.

Tupa, que era el dios de los dioses llamó a  Polo, dios del fuego, y a Lururaruacu, diosa de las tormentas y les ordenó que castigaran a Pirarucú. Estos dioses mandaron rayos y tormentas sobre la aldea, que provocaron fuertes torrentes de agua.  Pirarucú, que estaba pescando en el río, al ver las primeras olas de la inundación se reía de los dioses. Entonces Xandoré, el demonio dirigió los rayos hacia Pirarucú y uno le atravesó y le arrojo a las profundidades del río.

La leyenda concluye diciendo que Pirarucú se transformó en un pez gigantesco.

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El emela-ntouka

Entre loos pigmeos, éste es un animal parecido a un rinoceronte, con un cuerno de marfil de dos metros de largo y con una cola como la de los cocodrilos. Se dice de él que devora a los humanos, por lo que es muy temido. Su cuerno es capaz de atravesar elefantes a los que deja desangrar. Es un animal anfibio que vive en la cuenca del río Congo. En el folclore pigmeo es un animal que esta muy presente.

Hay científicos que han tratado de explicar la posibilidad de su existencia real como un sobreviviente de un dinosaurio. Otros dicen que puede tratarse de un rinoceronte confundiéndolo con un hipopótamo sumergido en el agua. Otros hablan de un posible animal desconocido hasta ahora. Lo cierto es que se trata de un mito de la cultura pigmea.

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El Achiote y el Huito

Una leyenda de la Amazonía habla de que en tiempos remotos, aparecieron dos jóvenes y bellas mujeres, que eran las vírgenes de la selva. Una era de cabello rubio y la otra de cabello moreno y las dos recorrían la espesura en busca de  novio.

Un día les salió al encuentro “tijera hanga”, un gavilán que era el espíritu del hombre cazador y éste les invitó a su casa. Les dijo que para que no se perdieran él mismo les señalaría el camino con plumas de su cola  y así lo hizo. Mas, el “apangura puma”, un cazador malévolo, se adelantó y puso las plumas del gavilán en dirección de su propia guarida. Las jóvenes siguieron el camino equivocado y cuando llegaron al malvado cazador, éste las tomó por esposas.

Sintiéndose engañadas, acudieron a Arután, el gran espíritu para que las liberara de las garras del sucio “apangura puma”. Arután, el gran espíritu de la selva, tuvo compasión de ellas y las convirtió en achiote a la joven de cabellos claros y en el árbol del huito a la muchacha de cabello negro.

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Khonvoum

Es el dios creador de los pigmeos. Para que el sol no se apague, Khonvoum recoge trozos de estrellas por la noche y se las arroja. Creó al hombre blanco del barro blanco, al hombre negro del barro negro y del barro rojo creó a los pigmeos. Para ellos creó la selva con toda su riqueza animal y vegetal.  Se le rpresenta como un cazador que lleva un arco hecho con dos serpientes. Cuando contacta con las personas lo hace bien por medio del elegante Gor o por medio de un camaleón.

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 Oyomal y las criptas de Kaua

 

Cuenta una leyenda del Yucatán eque en el pueblo de Kaua, vivía una joven de gran belleza, hija de un sacerdote. Esta joven llamada Oyomal, era pretendida por muchos hombres. Entre ellos, Ac y Cay, dos príncipes hermanos. Oyomal se mostraba amable con los dos, pero Cay, que además de apuesto era poeta, terminó por inclinar el corazón de la muchacha a su favor.

-¿Me quieres? Le preguntó Cay

-Como las plantas al rocío de los cielos, como las aves al primer rayo del sol matinal –le había respondido Oyomal.

Ac no supo asumir el triunfo de su hermano y lo odió en su corazón. Con un grupo de guerreros a su mando atacó a su hermano y lo hizo prisionero. Él, que seguía enamorado de Oyomal, todos los días se acercaba hasta el templo de las vírgenes donde la muchcha estaba recluida y le manifestaba su pasión, mas ella permanecía silenciosa, recordando las palabras de su declaración amorosa.

Entre tanto Cay, llevado por el amor y el deseo de encontrarse con su amada, construyó un subterráneo  desde su prisión hasta el templo de las vírgenes y se reunió con Oyomal. Ac los descubrió, quiso encerrarlos, pero Cay tomó en brazos a Oyomal y trataron de escapar on por el camino por donde él había venido. Ac los persiguió y en el túnel laberíntico los alcanzó y les dio muerte.

En la actualidad, este subterráneo, las criptas de Kaua, es un lugar visitado por los turistas, y si hacemos caso a alguno de ellos, habremos de creer que todavía cuando la brisa murmura, pueden escucharse las dulces frases de amor de Cay y de Oyomal.

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