La carretanagua

En las noches tenebrosas, como a la una de la madrugada, sale la Carretanagua haciendo un gran ruidaje. Parece que recibe golpes y sacudidas, como si las ruedas tuviesen chateaduras. Quienes, valerosos se han atrevido desde alguna ventana a verla pasar, han dicho que es una carreta desvencijada, cubierta por una sábana blanca a manera de toldo y conducida por una Muerte Quirina. Ésta porta su guadaña sobre el hombro izquierdo.

La carreta va tirada por dos bueyes flacos, con las costillas casi de fuera; uno de ellos de color negro y el otro overo. No da vueltas en las esquinas. Si llega a una, desaparece, luego se la oye transitando en la otra calle. Se ignora el motivo de sus andanzas. Algunos creen que pasa anunciando la muerte de alguien, pues se ha visto que al día siguiente de haber pasado, alguna persona enferma de pronto, se pone ‘mala’ y fallece. De esa dice la gente: Se la llevó la Carretanagua. 

Fuente: https://www.elnuevodiario.com –leyendas nicaraguense

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Shangó

Dios yoruba del trueno, del rayo y de la justicia. Castiga con el rayo a la mentira,  a los  ladrones  y a los que hacen el mal.  Es dios también de la danza, de la música de las riquezas y de la alegría de la vida. Históricamente se dice que fue un rey guerrero que destruyó su casa y su familia y que posteriormente se convirtió en dios. Fue esposo de tres diosas: Oyá, Oshun y Obba. Oya era esposa de Oggun, su enemigo, y se la robó.

Cuenta rl mito que Obatalá, su padre quiso ejecutar a todos sus descendientes varones, porque Oggun había intentado fornicar con su madre. Cuando Shangó nació, su hermana mayor, Dadá, se lo llevó y lo crio oculto. Más tarde, cuando Obatalá enfermó, Shangó acudió junto a su padre y lo curó. A partir de entonces Obatalá perdonó a sus hijos.

En el sincretismo de la santería, corresponde a San Marcos y Santa Bárbara. En el rito cultual se le inmolan carneros, gallinas, palomas, codornices…, y asimismo se le hace ofrendas de plátanos, maíz tostado, cebada, vino y otros alimentos.

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El Charro y la partera

Cuenta este mito mexicano que en un pueblo del norte del país suele cabalgar por las noches un charro que se aparece a las gentes. Cierta noche llegó a la casa de una partera a solicitar sus servicios. La partera atendió a la mujer del charro en el nacimiento de un hijo, y el charro acompañó a la partera de vuelta a su casa, le pagó con unas monedas y le dijo que no lo contara a nadie, pues de lo contrario moriría.

Varias semanas estuvo la partera pensando en el misterioso charro y su advertencia. Pero cierto día no pudo más y le contó a su vecina lo sucedido. Ésta le aconsejó que no lo contara a nadie más y que depositara en la iglesia las monedas con que el charro le pagó. La partera obedeció, pero al día siguiente, ésta apareció muerta. Cuentan en el lugar que se oyó cabalgar al charro por los alrededores, y que éste, después de muerto, regresó a recoger las monedas de la iglesia.

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Andrómaca

Según el mito griego, era hija de Eetión, rey de Tebas, muerto por Aquiles en la guerra de Troya,  y la esposa de Héctor. Según el mito, sufrió el suicidio de su madre, la muerte de su esposo, la de su hijo Astienacte, despeñado de una torre, y la cautividad de ella misma, cuando fue conquistada Troya.

Como todos los cautivos de Troya, fue sorteada, tocándole en suerte como botín de guerra a un hijo de Aquiles, llamado Neoptólemo, que fue rey de Ftia y con quien tuvo varios hijos como concubina, despertando por ello los celos de la esposa del rey y la persecución de ella misma y la de sus hijos. Muerto Naoptólemo tuvo que huir y pudo salvar su vida gracias a Peleo, el padre de Aquiles y abuelo de Neoptólemo. Se casó con Heleno, hermano de Héctor y, por tanto, su cuñado. Con él tuvo un hijo, llamado Cestrino, con quien reinó en el Epiro.

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La luna llena y el lobo

La luna siempre está en el cielo, estupenda, pura y perfecta. Sin embargo, una vez se puso a jugar demasiado que bajaba hasta donde está la tierra porque la quería ver de más cerca, que se quedó totalmente enganchada a una rama de un árbol, no podía salir de allí, pero no estaba sola en ese bosque donde había quedado atrapada. Podía darse cuenta fácilmente de que un lobo muy simpático la estaba acechando, pudo salirse de  su atadura con la rama y entonces se acercó a la sombra del lobo que se reía a la lejanía, le jugaba y no dejaba de seguirle rastro.

Luego de una gran noche entre correteos y risas, la luna tenía que volver al cielo y el lobo a su casa. Antes de irse, la luna se llevó un presente, pudo quitarle la sombra al lobo y esta le recordaría cada día aquella experiencia de haber visitado el bosque y encontrado allí a un amigo de la naturaleza. Durante todas las noches, el lobo se para en lo alto de las montañas para aullarle a la luna que le devuelva la sombra que le quitó y tal vez algún día lo conseguirá.

Algunas noches, la luna se pone la sombra del lobo para poder recordarlo aún más y el lobo también recuerda a la luna, pedirle su sombra es una forma de pedirle también que regrese a la tierra, por lo menos por una noche para acompañarla y reírse como aquella mágica vez en la que se encontraron.

Fuente: http://mitoscortos.com.mx

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