jueves, 6 de julio de 2023

Las semillas del Gualok

Se trata de una leyenda del pueblo ‘toba’, en El Gran Chaco. Según esta leyenda, los indios vivían felices, en un clima agradable, donde ni el frío ni el calor eran extremos. Pero, Nahuet Cagüen, representante de las tinieblas del mal, les mandó a Nomaga, el invierno, para hacerles sufrir con las lluvias, los vientos, los hielos hasta que se les congelase la sangre en las venas y no quedase ser vivo sobre su tierra.

Asustados los Tobas, acudieron a Nakta Noón, representante de la luz y del bien para que no permitiera a Nomaga llevar a cabo su objetivo. Le mandaron cuatro representantes: el picaflor, el palo borracho, la pequeña viuda y la planta de patito, para que intercedieran en su nombre y Nakta Noón les escuchó y les regaló las semillas del Gualok, que en su lengua es el algodón.

Los cuatro embajadores, ayudados por el viento, esparcieron las semillas por todo el territorio y así fue cómo nacieron las plantas del algodón. Las mujeres hilaron los blancos copos, logrando tejidos que coloreaban con esencias vegetales y consiguieron túnicas con las que se abrigaban, venciendo así al cruel Nomaga. Dice la leyenda que Nahuet Cagüen se enfureció tanto que acabó convirtiéndose en la ‘’lagarta rosada’, que es la plaga de los algodonales.

Imagen:https://www.blogger.com/

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