jueves, 21 de octubre de 2021

La bruja Zárate y el pavo real

 

Cuenta una leyenda costarricense que el español Pérez Colma gobernaba la ciudad de Aserrí en los tiempos coloniales. La bruja Zárate lo amaba, mas, al no ser correspondida, se vengó convirtiendo el pueblo en una piedra gigantesca, a los habitantes en animales y en pavo real al español.

La bruja Zárate, pequeña y rechoncha, parecía ser bondadosa con sus clientes; además de curarlos, les regalaba frutas, que se convertían en monedas de oro.

Un tal Diógenes Olmedo quiso visitar a la bruja, pero al llegar a la enorme piedra, por más vueltas que le dio no encontraba el camino de llegar hasta ella. Desde las ramas de un árbol vecino, unas palomas le indicaron que diera tres golpes en la piedra y él así lo hizo. Al instante apareció la bruja, llevando, sujeto con una cadena un pavo real y le preguntó a Diógenes el motivo de su visita. El pobre hombre le contó que su esposa despareció, junto con unas amigas un día en que fue a bañarse al río, y que sus hijos estaban enfermos. La Zárate acompañó al hombre hasta una laguna donde había un toronjar y le llenó la alforja de toronjas. A continuación le dijo que marchara a su casa que unas palomas blancas le guiarían.

Termina la leyenda diciendo que los niños recibieron a su padre con alegría, que las toronjas se convirtieron en oro y que  Lupita, pues así se llamaba su mamá, llegó al día siguiente  con sus amigas desaparecidas. La bruja Zárate, al verlas bañándose en el río, las había convertido en palomas blancas, esperando devolver al pavo real a su forma primitiva, en el momento que consintiera en ser su amante.

Imagen:https://www.google.com/

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