La Madremonte

Suele describirse como una señora elegante, que oculta el rostro con un sombrero y que va vestida de hojas frescas y musgos. Su apariencia es de mitad mujer y mitad monte. Vive en las espesuras de los bosques  y se dice que en las noches de tempestad suele emitir bramidos  que asustan a quienes la oyen. Suele ir acompañada de bandadas de pájaros chillones y de un rastro de serpientes. Los campesinos cuentan que cuando se producen inundaciones o desbordamientos de los ríos es porque la Madremonte se ha bañado en sus cabeceras y está poseída por la furia y quiere castigar a quienes no respetan la naturaleza.

Tutela los bosques y las selvas y castiga, a los cazadores, a los leñadores y a quienes no observan buena conducta, tales como esposos infieles, violadores, vagabundos que cometen hurtos, a los que se pelean, etc. Suele borrarles los caminos para que se desorienten y produce en ellos mareos para que no sepan por dónde  andan. Muchas veces los descuartiza y los devora.

Así como en Colombia este ser recibe el nombre de Madremonte, en Brasil, Argentina y Paraguay se la conoce como Madreselva, Marimonda,  Fantasma del Monte o Madre de los Cerros. También en algunas regiones de Europa se conoce esta leyenda con distintas variantes.

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