lunes, 10 de julio de 2017


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 El Kalevala - Epopeya filandesa

Elias Rönnrot (1802 - 1884) era un folclorista finés que, además de escribir canciones, dedicó gran parte de su vida a recoger y recopilar cuantas pudo de lapones, filandeses y estonianos. 

Con las canciones, proverbios y enigmas tradicionales combinados, compuso un solo poema épico, la epopeya nacional de Finlandia a la que llamó El Kalevala. Este poema dio a los finlandeses una historia mítica y heroica además de establecer el finés como idioma nacional.


Tres aventureros

En este poema de más de 22.000 versos se narra la creación del mundo y la lucha entre dos países: Kalevala, tierra de los finlandeses y Pohjola, la tierra del Norte.
Väinámóinen era un músico que tocaba un instrumento parecido a un arpa llamado “kantele”. Este músico, junto con otros dos héroes, el herrero Ilmarinen y el aventurero Lemminkäinen cortejaron a la Princesa del Norte y se mueven en torno a la historia del misterioso “sampo”, de rito como un molino que fabrica harina, sal y oro.

Resultado de imagen de Väinámóinen Ilmarinen y Lemminkäinen

Luonnotar y Väinämöinen

Antes de que existiera el cielo, la tierra y el agua, un pato anidó en la rodilla de Luonnotar, hija del aire y madre del agua. Los huevos cayeron de su rodilla y se rompieron. Los trozos formaron el cosmos; las cáscaras se convirtieron en el Cielo y la Tierra; las yemas en el sol y las claras en la luna.
Luonnotar estuvo embarazada sin saberlo durante setecientos años, hasta que su hijo Väinämöinen nació ya anciano. Inmediatamente se le consideró sabio y el dios de la canción y de la poesía. Éste venció al gigante Joukahainen en una competición musical y como premio obtuvo a Aino, hermana del vencido. Aino que no quería casarse, se ahogó, por lo que Väinämöinen viajó hasta Pohjola, la tierra del Norte, buscando una esposa.

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Väinämöinen y Louhi

Para llegar a la Tierra del Norte, Väinämöinen tuvo que nadar durante dos días. Agotado y a punto de ahogarse fue rescatado por un águila. En la orilla, se encontró con Louhi, rey de Pohjola, quien le prometió darle en matrimonio a su hija, si le daba a ella un “sampo”, el molino mágico que fabricaba oro, harina y sal.
Väinämöinen acepto, pero se encontró con la hija del rey y le pidió que se casara con él aun sin tener el “sampo”. Ella acepto si él era capaz de tejer un huevo, pelar una patata y partir un cabello en dos con un cuchillo sin afilar. Por culpa de unos espíritus que le envió Louhi, no pudo realizar estas tareas, por lo que Väinämóinen decidió volver y pedirle a su hermano el herrero Ilmarinen que le ayudara a fabricar un “sampo”.

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Ilmarinen y la Doncella del Norte

Como la promesa decía que se casaría con la Doncella del Norte quien construyese el “sampo”, fue Ilmarinen quien se casó con ella. La doncella murió al poco tiempo a causa de un aplastamiento por su propio ganado.
Ilmarinen volvió viudo y a su hermano le contó que el rey Louhi no le concedió la mano de la Doncella, pero que se había quedado con el “sampo”. Los dos hermanos se reconciliaron y decidieron robar el “sampo”, para que la felicidad estuviera del lado de Finlandia.

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Destrucción del Sampo

Al llegar a Pohjola, Väinämöinen tocó su mágica “kantele” y el rey Louhi y todo su pueblo quedó dormido. Robaron el “sampo”, pero cuando Väinämöinen entonó un canto de victoria, despertó a Louhi y éste les envió una tormenta que destruyó su nave, y el “sampo” fue destruido.
Vainämöinen recuperó cuantos fragmentos del “sampo” pudo y los llevó a su país. Ya muy anciano y a punto de morir, le dio a su país la magia de la primavera, para contrarrestar los fríos del país del Norte y también le regaló su “kantele”. Luego se marchó en una nave a un lugar misterioso donde se dice que sigue viviendo y dispuesto a volver siempre que lo necesite su pueblo.


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