La Siguanaba

Dentro de la mitología centroamericana recibe nombres tan diversos como Siguanaba, Sihuanaba, Siguamonta, Cegua,  Cigua o la Chuca.

Se trata de una mujer seductora, que se aparece, en las noches, a los hombres lujuriosos y de vida desordenada, semidesnuda pero con el rostro oculto. Cuando un hombre se ha acercado a ella, se quita el velo que le cubre el rostro y resulta ser la cara de un caballo o, según otras variantes, una calavera simplemente. El hombre que tiene esta visión, enferma, enloquece y termina muriendo.

En la mayoría de las versiones, la mujer se presenta al hombre en una visión en la que aparece bañándose; en otras, acompaña a la víctima hasta un precipicio para que se despeñe.

Hay versiones, en las que La Siguanaba también se aparece a los niños, tomando la forma de sus mamás, para conducirlos al campo, donde los abandona.

El modo de ahuyentar al espectro es haciendo la señal de la cruz.

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