El pecho colorao
Esta leyenda
araucana tiene origen en los Montes del Tordillo, en las proximidades del Tuyú.
Cuentan que
Huecubú, el demonio siempre dispuesto al mal, se disfrazaba de pájaro negro con
un plumaje tan brillante como no había otro igual.
Volando por
esos montes, una mañana luminosa, oyó los trinos de la calandria y de inmediato
se encaminó al punto de donde partían.
Pensó
deslumbrarla inmediatamente para absorber su atención, con su vistoso plumaje,
haciendo gala de su extremada delicadeza.
-Buenos días,
vecinita. Quisiera saber cuál es el nombre del pájaro más hermoso que has visto
por estos lugares.
Imaginó que la
fama de cualquier otro quedaría empañada con su presencia. Mas, cuál no sería
su sorpresa, cuando la simpática avecilla le contestó con su cortesía habitual:
-El que canta
en la copa del chañar amarillo, señor.
Dominado por la
envidia, cortó entonces una espina de tala y sin proferir una palabra más, voló
en dirección del chañar amarillo.
El inocente
pájaro señalado estaba en la puerta de su nido, cuando recibió un flechazo que
le causó punzante herida.
Cayó al pie del
árbol sin sentido, creyendo morir de dolor. Pero una voz desconocida –era la
del mismo Dios- le anunció:
-Serás
compensado de tu injusto sufrimiento.
E
inmediatamente la sangre se contuvo, el pajarillo recuperó sus fuerzas y voló
nuevamente a su nido.
Huecubú se
retorcía de ira. El pajarillo lucía sedoso plumaje en el que destacaba una
mancha roja que le otorgaría en el futuro, el nombre de pecho colorado.
Clelia Gómez
Reynoso
Imagen: https://www.google.com
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