El monarca de la mano horadada
Alfonso VI fue llamado el "monarca de la mano
horadada". Este nombre tuvo su origen en los tiempos en que este rey se
hallaba en el palacio de Almenón, rey árabe, de quien fue huésped al ser
despojado del reino de León por su hermano Sancho.
Cierta mañana el rey moro Almenón se hallaba con sus caballeros
en la finca de Alfonso y entre ellos se suscitó una conversación acerca de la
inexpugnabilidad de la plaza de Toledo.
- Es muy difícil apoderarse de Toledo, pero yo creo que la plaza
no es inexpugnable- dijo uno de los caballeros.
-Yo creo, por el contrario que no ha nacido aún el que sea capaz
de entrar en ella en son de guerra- afirmó otro.
El que había hablado antes insistió:
- Toledo puede ser tomado. No me cabe la menor duda.
- ¿Y de qué medios se valdría para conseguir ocuparla?- Preguntó
otro de los que intervenían en la conversación.
- Si yo fuera caballero cristiano y proyectara cercar Toledo, lo
primero que haría es talar todos los campos de los alrededores; de tal modo,
faltarían víveres y Toledo no tendría otro remedio que rendirse.
Las palabras del moro convencieron a todos, pero pronto se
sobresaltaron al darse cuenta de que a pocos pasos de ellos estaba don
Alfonso, echado sobre el césped y en actitud de dormir. Pero ¿era verdadera su
actitud o sólo fingía y había oído la conversación? La situación era peligrosa
para ellos. Aquel hombre podía algún día ser el rey de Castilla y León y podía
aprovechar entonces la idea que tan indiscretamente le habían brindado sus
huéspedes. Intentaron averiguar si realmente dormía, pero sin resultado. El rey
seguía inmóvil bajo el árbol. Como no estaban muy seguros, uno de ellos trajo
una vasija con plomo derretido y derramó unas gotas sobre la palma de la mano
de Alfonso, el cual no se movió siquiera y continuó haciéndose el dormido en un
esfuerzo sin precedentes a pesar del dolor que la quemadura debió producirle.
Por este motivo se le llamó el de la mano horadada.
(Leyenda española tomada de la red)
Imagen:https://www.google.com
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