Dagda
Dagda
(“el buen dios”) era, en la mitología irlandesa. el rey de los Tuatha Dé
Danaan. Se dice que era muy sabio, pero también una figura cómica. Su túnica
dejaba parte de su trasero al descubierto y sus hazañas aportaban sonrisas y
éxitos a su pueblo.
Se
le llamaba también el dios bueno y tenía muchas habilidades, desde la guerra
hasta la música. Era considerado el dios de la abundancia.
Dios de la abundancia
Dagda
tenía dos cosas muy importantes y enormes: un caldero y un garrote.
El
caldero era tan grande que parecía no tener fondo y se decía que cuando se
servía una comida en él, nadie se iba a casa con hambre. Se dice que llenaba su
caldero de leche y de carne para todos sus devotos.
El
garrote era mágico y tan grande que tenía que ser transportado con ruedas. Con
uno de sus extremos podía matar a quien lo tocara y con el otro, podía sanar y
revivir a los muertos.
Aparte
del caldero y el garrote, tenía también un huerto con árboles que siempre daban
frutos y un par de cerdos que se renovaban después de ser sacrificados.
Dadga y Morrigan
Dagda
paseaba por la ribera del río Unius, cuando se encontró con una mujer que
estaba lavando. Era Morrigan, la diosa de la guerra. Morrigan podía convertirse
en cuervo y presentarse en el campo de batalla para hechizarlo y cambiar el
signo de la guerra a su voluntad.
Dagda
y Morrigan hicieron el amor junto al río y ella le prometió que en la próxima
batalla la daría la victoria y su eterna protección.
El Banquete
Dagda
y los suyos se vieron obligados a luchar contra los rivales por el poder de
Irlanda. Dagda comprendió que los suyos no estaban preparados para la guerra y
se marchó al campo enemigo para intentar lograr una tregua.
Los
enemigos aceptaron y para celebrarlo prepararon un banquete. Ellos sabían que a
Dagda le encantaban las gachas y, para burlarse de él, prepararon suficientes
como para alimentar a todo un ejército y las metieron en un hoyo en la tierra.
Luego le amenazaron con matarle si no se las comía todas.
Dagda
tomó un cucharón enorme y empezó a comerse las gachas. Cuando acabó, rebañó el
fondo del árbol y se quedó dormido ante el asombro de todos.
Angus
Angus
era hijo de Dagda y Boann. Como Boann estaba casada, los amantes quisieron
ocultar su embarazo, por lo que Dagda hizo que el sol se detuviera, y así su
hijo fue concebido y nacido el mismo día. De ahí que se le conociera como “el
joven hijo”.
Angus
vio por primera vez a su amada en un sueño y supo que podía adoptar la forma de
cisne. Supo también que la única posibilidad de acercarse a ella era,
precisamente, cuando adoptaba esa forma.
Esperó
a la fiesta de Samhain, el 1 de noviembre y él también se transformó en cisne.
Ella lo aceptó, volando tres veces alrededor del lago y cantando una canción
mágica que hizo que todo el mundo se durmiera.
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