La lamia y el pastor

La mitología vasca recoge la tradición grecolatina de la lamia como criatura femenina y en su   versión de ‘lamiak’, se representa con un cuerpo esbelto y bellísimo de mujer que tiene una cabellera rubia y que aparece junto a los ríos peinándose con peine de oro. Tiene, sin embargo, pies de pato, o de gallina, o de cabra, según distintas versiones.

Sobre las ‘lamiak’ son muchas las leyendas vascas, Una de ellas narra el amor entre una lamia y un pastor:

Dice esta leyenda que un joven pastor, que llevaba su rebaño cerca del monte Amboto, se encontró con un grupo de lamiaks bailando y una de ellas se le acercó, bailaron, conversaron y se hicieron amigos. Este encuentro se repitió en varias ocasiones y dio lugar a un enamoramiento mutuo. La lamia le regaló una sortija y se comprometieron en matrimonio.

Cuando el pastor llegó a su casa y se lo contó a su madre, ésta sospechó y pidió consejo al cura. El cura, que también sospechó, aconsejó al muchacho que le mirara los pies a la novia. El pastor visitó a su amada y comprobó que tenía los pies de cabra.  Fue tanta su desilusión y tanto su desespero que quiso quitarse el anillo de compromiso, y. al ver que era imposible se cortó el dedo, entregando ambas cosas a la lamia. El joven pastor regresó a casa, se curó el dedo, se echo a dormir y nunca más despertó.

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