La estrella de la mañana

Prácticamente en la historia de todas las culturas se ha hecho referencia a esta estrella, la más brillante del firmamento por estar la más cercana a la tierra y que nosotros conocemos como el planeta Venus.

 En cada cultura ha sido siempre relacionada con los dioses.  Así para muchos de los pueblos prehispánicos de Méjico (toltecas, olmedas, aztecas, etc.) la Estrella de la Mañana era identificada con el dios Quetzalcóatl, el dios más poderoso (la Serpiente Emplumada). Para los griegos, dado que Venus puede verse tanto al  amanecer  como al atardecer, a la estrella que ellos veían al atardecer la llamaban ‘Hesperus’ y a la del amanecer ‘Phosphorus’ (Lucifer o el que trae la luz). Posteriormente, en el cristianismo, para unos la estrella de la Mañana era Jesús,  y para otros se trataba de Lucifer. Estos últimos aducen que Jesús como Dios, no puede ser la estrella que precede al Sol, sino el Sol mismo. Por lo tanto, La Estrella de la Mañana no puede ser Dios sino Lucifer.

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