Donagha y Vauria
Se trata de un matrimonio que, según cuenta la tradición
celta, vivía en perenne desacuerdo a causa de su carácter. Donogha, el marido
era tranquilo y perezoso; Vauria, la mujer, era, por el contrario, diligente y
activa. Un día estaba Donogha en el bosque recogiendo leña para el fuego y,
después de hacer un haz, se sentó sobre él y empezó a lamentarse por el carácter
gruñón de su mujer. Entonces se le
apareció un duende y le prometió que le concedería dos deseos, pero que se los
pensara bien, antes de pedirlos.
Donogha cargó con el
haz de leña y, como se cansaba con el peso, sin pensarlo, exclamó: “¡Ya podría
este haz de leña transportarme a mí, en lugar de transportarlo yo!”. Al
momento, unas ramas se convirtieron en patas, que empezaron a caminar y Donogha
se vio montado sobre el haz.
De vuelta a casa, Donogha contó a su mujer lo sucedido y le
dijo que todavía tenía un deseo por pedir. Ésta recriminó a su marido el haber
desaprovechado uno de los dos deseos y le llamó bobo y otros insultos, que
Donogha no pudo ni quiso aguantar. Agotada su paciencia, exclamó: “!Ojalá que
nos separara toda la extensión de Irlanda!”. En ese momento, su esposa y su
cabaña aparecieron en el otro extremo del país y nunca más volvieron a
encontrarse.
Imagen:https://www.google.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario