Conchovar
El
rey del Ulster, Conchovar, tenía un cuentacuentos llamado Fedlimid. Éste a su
vez tenía una hija Llamada Deirdre, a quien se oyó llorar en el vientre de su
madre. Un druida había profetizado que sería muy bella, pero que llevaría la
desgracia al pueblo del Ulster.
Para
que no se cumpliera la promesa quisieron matarla, pero el rey, que se enamoró
de su belleza, hizo que la adoptara una familia.
Deirdre
Un
día Deirdre estaba mirando cómo su padre adoptivo despellejaba un becerro en la
nieve y dijo a su maestra que se enamoraría de un hombre de piel tan blanca
como la nieve, las mejillas tan rojas como la sangre del becerro y el pelo tan
negro como un cuervo que se había acercado a beber la sangre derramada.
Su
maestra le dijo que ese hombre era Naoise, un caballero del rey, pues era así
exactamente. Y, en efecto, la pareja se conoció, se enamoró y se fugó a
Escocia.
Conchovar y Deirdre
Cuando
el rey Conchovar se enteró, trató de engañar a la pareja para que volviera a
Irlanda. Les ofreció seguridad y perdón, pero cuando volvieron, ordenó a uno de
sus hombres, Eoghan, que matara a Naoise.
Después
Conchovar preguntó a Deirdre a quién odiaba más en el mundo y ella respondió: “a
Conchovar y Eoghan”. Conchovar como castigo último ordenó que durante medio año
viviría con él y durante otro medio con Eoghan. Deirdre se negó y prefirió
morir arrojándose desde un carro.
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