Los Penates

Cuando Eneas llegó a Italia tras la guerra de Troya, se llevó consigo un par de dioses llamados los Penates. Primero llegaron a Alba Longa y después a Roma, cuando Eneas la hubo fundado. Se consideran los protectores de la ciudad.

Además del templo que tenían dedicado, los romanos solían venerarlos también en altares dentro de sus hogares. Se representaban tradicionalmente como dos jóvenes sentados.

Al relacionarse su nombre con la palabra “penus” (comida), se convirtieron también en los dioses de la mesa y se les ofrecía alimentos.

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