Leyenda de la encantada

Son muchísimos los pueblos de España que tienen como propia la leyenda de La Encantada. Con algunas variantes, se trata, en todos los lugares, de una joven bellísima que se aparece, preferentemente en la noche de San Juan, peinando su larga y hermosa cabellera con un peine de oro.

Suele aparecerse a los pastores y a los lugareños, cuando estos se acercan a la cueva donde suele vivir. Otras veces es un viejo castillo donde tiene su morada.

Es bastante común a todas las versiones el hecho de que la Encantada se aparezca a un pastor y, mostrándole el peine de oro, le dé a elegir entre el peine o su propia persona. El pastor siempre elige el peine, y la encantada le maldice, acusándole de condenarla a seguir el encantamiento por cien años más.

 

Origen de la leyenda de la encantada

Son múltiples también las historias que se cuentan para explicar el origen de esta joven encantada. Trataré de resumir algunas de ellas, recogidas de la red:

Una historia se remonta a los tiempos de los visigodos y cuenta que una princesa, que estaba prometida en matrimonio a un noble, poco antes de casarse con él, rompió su promesa y se casó con un rival del primero, en la víspera de San Juan. Esa misma noche muró la princesa, sin consumar el matrimonio y su alma quedó condenada a salir de su tumba cada año en la Noche de san Juan para peinarse sus cabellos

Otra versión cuenta una historia parecida, siendo una princesa mora el sujeto de la historia: Enamorada de un joven cristiano, en contra de la voluntad de sus padres, estos la secuestraron y la encerraron en una cueva. Nunca más vio la princesa a su amado. Desde entonces, su alma vaga entre las montañas, buscando a su amor.

En otra versión habla de una princesa que vive en su castillo y es secuestrada por un príncipe malvado. El príncipe mata al aya de la princesa, de la que recibe una maldición antes de morir. Como consecuencia de la maldición muere el príncipe en una de sus correrías y el padre para vengarse de la muerte del hijo, encierra a la princesa en una mazmorra. Llama además a una bruja amiga para que mate a la princesa. La bruja le suministra una pócima venenosa, pero en ese momento, se aparece el aya y empareda a la bruja. La Princesa queda en estado de letargo y una vez al año, la noche de San Juan, se despierta para peinar su cabellera con un peine de oro y cuidar de unas bellísimas flores que solamente crecen en los alrededores de aquel castillo. 

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