Dioniso quiso descender a los infiernos para buscar la
sombra de su madre, Semele, y devolverla a la vida. Lo hizo atravesando el lago
de Lerna, un lago sin fondo que se creía el acceso más directo al mundo
infernal.
En el Hades, Dioniso pidió al dios que pusiese en libertad
a su madre. Hades accedió a cambio de que Dioniso le diese algo que estimara en
mucho. Dioniso le cedió la planta del mirto, y tal es el origen de la costumbre
que tenían los iniciados en los misterios dionisíacos de coronarse la frente
con mirto.
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