Es una mula
temible que arrastra cadenas y que mata a patadas a quienes, de noche,
encuentra en los caminos. La leyenda es argentina y cuenta que este ser no es
otra cosa que una mujer depravada que cometió incesto con su hermano y con su
padre y que fue maldecida por Dios y convertida en mula.
Quien la ha
visto describe a este animal con bellos ojos femeninos que echan fuego y con un
bocado que le produce dolor, por lo que grita y emite rebuznos, de manera que
produce temor en quienes la oyen. Suele correr atormentada y sin freno, hasta
la puerta de la iglesia de cada pueblo, para volver a emprender de nuevo una
carrera desenfrenada.
El varón que
sea alcanzado por la mirada de la Mulánima, se verá seducido por ella y
abandonará el trabajo y la familia para seguirla y desaparecer.
Una versión
afirma que va buscando desesperadamente un hombre valiente que sea capaz de
sujetarla por las riendas y hacerla frenar, por lo que alcanzaría la redención
y la paz de su alma. Se habla también de dos métodos más para liberarla de la
maldición. Uno consiste en golpearla continuadamente hasta que recobre el
aspecto de mujer; y el otro, que cuentan muy eficaz, sería el de lograr
cortarle un trozo de oreja con un cuchillo, y al instante, cesaría el
maleficio.
Otra versión
dice que allá por donde este ser haya pasado, toda persona que tenga relaciones
sexuales inmorales, por las noches serán transformados en mulas también, como
castigo.
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