Recogí de la red, “Leyendas en el
Mundo”, esta leyenda suiza, que paso a resumir:
Entre los suizos era común la creencia
que el lago Zug era lugar donde moraban las ondinas, gobernado por un Rey Elfo,
que vivía en un hermoso palacio de cristal en el fondo de las aguas. Las hijas
de este rey solían salir de las aguas en fiestas señaladas de los humanos,
sobre todo en la fiesta de la cosecha, para unirse en el baile durante la noche
y volver al lago poco antes de la salida del sol.
Se cuenta que en una de estas fiestas,
una joven ondina se enamoró de un apuesto joven, que a su vez quedó prendado de
la voz y del larguísimo y sedoso pelo de la ondina. Dado que ella no podía
permanecer fuera del agua por mucho tiempo, decidieron ir a vivir a la profundidad el lago, mediante un
encantamiento que realizó la joven ondina. La ciudad donde vivía el muchacho
quedó hechizada y fue trasladada a las profundidades de las aguas, donde sin
problema él podía respirar sin necesidad de aire.
Pasó un tiempo y el joven sintió
nostalgia de los suyos, pero el amor de la ondina le ayudó a superar sus
sufrimientos. Durante siglos han vivido felices los jóvenes amantes y los suizos
cuentan que en los días de luz clara se puede distinguir una ciudad debajo del
agua, con hermosos jardines y calles por las que anda la gente con semblante
feliz. Y algunos afirman haber escuchado el tañido de una campana de la iglesia
al caer la noche, llamando a los amantes.
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