La Mocuana de Sébaco
A los dominios del Cacique de Sébaco, en los
primeros días de la época colonial, llegaron muchos españoles que fueron bien
recibidos por el indio, que les entregó tamarindos de oro para que los
remitiesen al rey de España. Una condición les impuso: no regresar. Los españoles
en cambio, planearon sojuzgarlo. Enterado, el cacique escondió su oro. Únicamente
su hija conocía el secreto del escondite. Los españoles quedaron vencidos.
Años después, y habiendo llegado a Sébaco uno de los hijos de los viejos españoles derrotados, se enamoró perdidamente de la hija del Cacique, que era muy bella. Ésta correspondió al amor, y como sabía que su padre se opondría rotundamente al matrimonio, huyó con el español. Generosa, obsequió las riquezas que poseía a su amante; pero este, satisfecho e ingrato, la encerró dentro de la cueva de un cerro, tapándole la salida. Más ella, conocedora del lugar, logró escapar por otro boquete, ya con el juicio perdido. La india se convirtió en La Mocuana. Desde entonces se aparece en los caminos, invitando a los transeúntes a seguirla hasta la cueva. Nadie le ha podido ver el rostro. Sólo su alargada figura y cabellera esplendorosa.
Fuente: https://www.elnuevodiario.com -leyendas-nicaraguenses/
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