La luna llena y el lobo
La luna siempre
está en el cielo, estupenda, pura y perfecta. Sin embargo, una vez se puso a
jugar demasiado que bajaba hasta donde está la tierra porque la quería ver de
más cerca, que se quedó totalmente enganchada a una rama de un árbol, no podía
salir de allí, pero no estaba sola en ese bosque donde había quedado atrapada. Podía
darse cuenta fácilmente de que un lobo muy simpático la estaba acechando, pudo
salirse de su atadura con la rama y entonces se acercó a la sombra del lobo
que se reía a la lejanía, le jugaba y no dejaba de seguirle rastro.
Luego de una gran noche entre correteos y risas, la
luna tenía que volver al cielo y el lobo a su casa. Antes de irse, la luna se
llevó un presente, pudo quitarle la sombra al lobo y esta le recordaría cada día
aquella experiencia de haber visitado el bosque y encontrado allí a un amigo de
la naturaleza. Durante todas las noches, el lobo se para en lo alto de las
montañas para aullarle a la luna que le devuelva la sombra que le quitó y tal
vez algún día lo conseguirá.
Algunas noches, la luna se pone la sombra del lobo
para poder recordarlo aún más y el lobo también recuerda a la luna, pedirle su
sombra es una forma de pedirle también que regrese a la tierra, por lo menos
por una noche para acompañarla y reírse como aquella mágica vez en la que se encontraron.
Fuente: http://mitoscortos.com.mx
Imagen:https://www.google.com/
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