El volcán de Turrialba
Esta leyenda costarricense explica el nacimiento del volcán
de Turrialba en el distrito de Santa Cruz, provincia de Cartago. Era en el
tiempo anterior a la llegada de los españoles. En la región de Turrialba vivía
un pueblo feliz y culto, dedicado principalmente a la alfarería. Su cacique
tenía una hija llamada Cira. Era una muchacha de quince años bella y esbelta
que sabía manejar el arco y las flechas. Su padre la había prometido a un joven
cazador, pero Cira no lo quería, ya que estaba enamorada en secreto de un indio
de una tribu distinta que había conocido el día en que se reunieron todas las
tribus de la región para danzar y jugar. Sólo lo había visto en aquella
ocasión, pero desde entonces únicamente pensaba en él y en la manera de
volverlo a encontrar.
Una noche en la que Cira no podía dormir, agobiada por el deseo de encontrarle, se levantó y echó a andar entre la espesura del bosque, bajo la luz de la luna, alejándose del campamento cada vez más. Cansada de caminar, se sentó junto a un árbol y se quedó dormida. En sueños vio cómo el joven a quien amaba se le acercaba y le daba un beso. Abrió los ojos y, en efecto, allí estaba su amado. Apenas se abrazaron, se dejó oír un clamor de gritos pronunciando su nombre. Era su padre que la buscaba acompañado de muchos indios de su tribu. El cacique al verlos, comprobó que Cira estaba con un amante que era de otra tribu y quiso matarlos. Pero, en el momento en que apuntó con su arco para atravesarlos, la tierra tembló, se abrió de repente y se tragó a los dos jóvenes. Al instante se levantó una enorme columna de humo y seguidamente la tierra escupió lava y piedras hasta convertirse en un volcán.
Imagen:https://www.google.com
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