La hija adoptiva del vaquero
Ésta es una leyenda de Irlanda. Cuenta que hubo un rey del
Ulster, llamado Cormac, que estaba deseoso de tener un heredero; pero en lugar
de un varón, su esposa dio a luz una niña. Cormac rechazó a su esposa y a la
niña, y ordenó que hicieran desaparecer a la pequeña, arrojándola a un pozo.
Sus criados, se compadecieron de la niña y en vez de
matarla, decidieron dejarla al cuidado de un vaquero, que la crió y educó. La
niña, con el tiempo se convirtió en una joven tan bella y tan parecida a su
madre, que el vaquero temió que fuera descubierta y la escandió en una choza
para protegerla y que nadie supiera de su existencia.
Pero los pastores descubrieron el paradero de la joven y
pronto se extendió por el reino la fama de su belleza, hasta llegar a los oídos
del rey. Éste, que, siguiendo los consejos de un druida, estaba esperando que
apareciera la mujer hermosa que le daría un heredero, mandó que fueran a
buscarla.
Pero la noche anterior de ser hallada, la joven recibió la
visita de un pájaro, que se convirtió en un joven hermoso, al que se entregó
con un amor súbito y apasionado. En realidad, el joven era un dios. Antes de
desaparecer advirtió a la joven que había sido fecundada y que tendría un hijo
al que pondría por nombre Conary, que tendría prohibido cazar pájaros y que
ella sería desposada por un rey.
En efecto, el rey desposó a la joven, sin saber que era su
hija y el hijo engendrado por un dios, nació, se llamó Conary y años después se
convirtió en un gran rey del Ulster.