En el Mayab
(Yucatán) es conocida la existencia de un tecolote, llamado Tunkuluchú, que
según los habitantes de la península, anuncia la muerte con su canto.
Una versión de
esta leyenda dice que el Tunkuluchú, en realidad es una antigua bruja maya que
al morir se convirtió en este animal.
Otra versión
dice que el Tunkulichú era la más sabia de las aves y que a ella acudían todas las demás en busca de consejo.
Un día recibió una invitación real para asistir a una fiesta en palacio, donde
se comió y se bebió en abundancia. Dado que El Tunkuluchú no estaba
acostumbrado al balché, se emborrachó como la mayoría de los asistentes. Entre
gritos y risas, todos pugnaban por ser el más gracioso y el Tunkuluchú sobresalía
por sus ocurrencias.
Un maya que
pasaba cerca, al oír el alboroto, entró y se emborrachó también. El Tunkuluchú
fue el pájaro que más gracia le hizo y la tomó con él, persiguiéndole y
tratando de arrancarle sus plumas. Al fin, arrancó la espina de una rama y le
picó las patas. El Tunkuluchú las levantaba, causando la hilaridad de todos los
asistentes, creyendo que lo que intentaba era bailar.
Cuando la
fiesta terminó y regresaron todos a sus nidos, El Tunkuluchú tuvo conciencia de
haber hecho el ridículo y se llenó de vergüenza, al creer que ya no sería
respetado. En ese momento, tomo la determinación de vengarse no sólo del maya
sino de todos los hombres.
En efecto, pasó
muchas noches en los cementerios, aprendiendo a reconocer el olor de la muerte,
y una vez que obtuvo este aprendizaje, se propuso anunciarle al maya el momento
en que iba a morir, para hacerle sufrir. Desde entonces sigue haciendo lo
mismo. Así que cuando El Tunkuluchú canta, quien lo escucha siente encogerse su
corazón, pues significa que alguien está a punto de morir.
Imagen:https://www.google.com/
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