Thor, que significa “trueno”, era el dios del cielo en la mitología nórdica. Recorría el cielo en un carro. Tenía un poderoso martillo, Mjöllnir, que le habían forjado los enanos. Con este martillo aplastaba a los enemigos y bendecía a los amigos.
El gigante Thrym le tenía envidia, le robó el martillo y lo enterró para que no lo pudiera encontrar. Le dijo que cuando los dioses le permitieran casarse con la bella diosa Freyja le devolvería el martillo.
Freija no accedió y Thor hubo de pensar en cómo recuperar el martillo. Entonces se disfrazó de Freyja y con un velo se presentó ante el gigante como si fuera a casarse con él.
Thor casi se descubre, pues comió y bebió mucho, pero cuando vio el martillo que como estaba prescrito debía de bendecir a la novia, lo cogió, mató al gigante y a todos los invitados con él y regresó a Asgard.
Poderes de Thor
Además del poderoso martillo que siempre daba en el blanco y que regresaba cada vez que Thor lo lanzaba, Thor tenía también unos guantes de hierro y un cinturón que duplicaban su fuerza cuando se los ponía.
Uno de los enemigos con los que Thor no pudo acabar fue con la serpiente Midgard, pero está profetizado que acabará matándola en la batalla final de Ragnarok.
Era el más famoso de los dioses por su comportamiento feroz y por su gran apetito.
En Dinamarca y Suecia se conservan muchas piedras con inscripciones sobre Thor. Se llevan amuletos con forma de martillo y se entierran martillos en las tumbas de los fallecidos.
Se representa de pie con su martillo, revestido de oro, o bien sentado en un carruaje adornado de plata y oro y tirado por un par de cabras.
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