La Viudita
Es un mito muy consolidado en Argentina, aunque llegan
descripciones distintas según los distintos lugares. En Salta y alrededores
aparece como una mujer joven, alta, de unos cuarenta años, enlutada,
aparentemente bella, ya que nadie nunca
le ha podido ver el rostro. Sin embargo, en otros lugares aparece como una
anciana, también enlutada, baja de estatura y también con el rostro oculto.
Quienes le han visto el rostro aseguran que
arroja fuego por los ojos y está desdentada. Cuando su sombra visita
alguna casa es presagio de muerte segura.
En una y otra versión, La Viudita suele aparecerse a los
hombres por la noche en caminos solitarios para asustarlos. Hay quien afirma
que se aparece cuando una mujer ha muerto de forma trágica o por un desengaño
amoroso. Otros afirman que se aparece cuando el hombre no ha cumplido su
promesa de no volver a casarse si la esposa muere antes. Parece ser que se
aparece no sólo a los maridos, sino también a todos aquellos que vuelven a casa
a deshora y borrachos. Los asusta de tal modo que terminan por enfermar y
morir.
En Santiago del Estero la viudita es una mujer joven y
bella, que seduce a los hombres dejando entrever una sonrisa a través del velo
que tapa su rostro. Lleva al seducido a la montaña con el pretexto de enseñarle
un tesoro y en el camino se transforma en un ser monstruoso que descuartiza a
la víctima, después de un primer abrazo amoroso.
La Viudita en
el Departamento de Santa Cruz (Bolivia)
También aquí se representa como una mujer bella,
enlutada, con el talle ajustado para resaltar el busto y con el rostro oculto.
Después de media noche se parece a los hombres y los seduce con sus encantos.
Les permite acercamientos táctiles, mientras ellos no intenten mirarle el
rostro. Ella los conduce a las afueras de los
poblados y, una vez que el “conquistador” cree llegado el momento
esperado, ella lo abandona, procurando dejarlo tirado en un barrizal
Otra versión habla de una especie de alma en pena que se
dedica a atacar por las noches a las persones solitarias. Sus características
son parecidas a las que se describen de la Calchona y de la Llorona.
Se dice que es el alma de una mujer que, enloqueció de
pena al morir el amor de su vida y que decidió vengarse de los hombres,
haciendo también un pacto con el diablo. Ataca preferentemente a los hombres
que en la noche vuelven a casa a caballo. Se sube a las ancas del animal y lo
conduce en un galope delirante hasta un barranco próximo donde se precipitan
caballo y jinete para encontrar la muerte.
Hay otra versión, donde se cuenta que la viuda a veces
extraña el afecto masculino y vuelve a los poblados y se deja ver. Seduce al
que cree menos temeroso y lo lleva a las afueras, donde tiene con él una
relación amorosa.
La víctima se despierta aturdido como ebrio, con las
manos arañadas y con el rostro herido.
Versión Amable
de la Viudita
También en Argentina se cuenta la hermosa leyenda de
Felisa y Servando. No se les permite contraer matrimonio por ser de condición
social distinta. Servando se alejó en busca de trabajo. Cada día Felisa salía a
esperar a su esposo, pero éste nunca volvió. Felisa mantuvo a raya a todos los
pretendientes que le asediaban y Dios se apiadó. La transformó en un pajarillo
blanco, símbolo de la virtud y adornó su garganta con una anillito de plumas
negras, como su dolor.
La Viuda, leyenda urbana
Se trata del alma
de una señora que murió cuando se enteró de que su marido le era infiel. Esta
señora firmó un contrato con el diablo para poder vengarse de los hombres por
toda la eternidad. Les sale al encuentro por las noches y les hace morir de
“espanto”.
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