Coquena
En las inmensas soledades de la puna, los ganados están
protegidos. Un enanito misterioso, un duendecillo, que todo lo ve, es quien
defiende sus vidas de las crueldades humanas. Nadie ha visto a Coquena. Es fama
que tiene cara de cholo y viste casaca y pantalón de vicuña. Lleva también
diminutas ojotas y ancho sombrero de suave pelo. Desde las alturas contempla
sus bestias sin ser visto. Sólo se ha escuchado su silbido, que es mágico
llamado. Pero es tal la seguridad de su presencia que todos le temen. Por eso
no matan vicuñas ni llamas para utilizar su pelo.
Prefieren cortar
suavemente el vellón. Tampoco maltratan a las arrias cuando cargadas de sal,
bajan de los cerros. Se cuentan historias, en que justiciero, Coquena ha
quitado las llamas a quien no sabía valorar ese don; y como ha premiado a los
buenos pastores que, en tormentas de nieve, cuando el viento blanco amenazaba
cubrirlo todo, salvan con peligro de su vida su hato de cabras en plena
borrasca. Y está su persona tan ligada a los hechos que ocurren por estas
regiones, que, en Salta, cuando aparece un forastero, para adquirir
provisiones, tocándose con el codo, murmuran: "Es coquena".
Juan Carlos Dávalos
Imagen: https://www.google.es
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