martes, 11 de agosto de 2015

Mainumbí (Leyenda del Este)

 

Dios quiso hacer una hermosa obra para premiar a los hombres y creó este diminuto pajarillo que se extendió por América del sur. Su nombre varía según las regiones; se lo llama indistintamente picaflor, colibrí, coludo, pájaro mosca, etc., pero en el este, se denomina con esta voz guaraní: Mainumbí.
Se cuenta que el diablo no queriendo ser menos, se puso a crear otro ser y concentró todos sus afanes; pero lo que creó fue tan tosco que aún se esconde de día, quizá por vergüenza: el murciélago.
Volviendo al picaflor diremos que es tan vistoso que hay quienes dicen que es un conjunto de piedras preciosas voladoras.
Otros afirman que nació de una mariposa y que vieron en el aire transformarse en pajarillo; y hay quien lo hace nacer de una mosca, de ahí su nombre.
El hecho real es que sus plumas son tan delicadas y sedosas que en contacto con la luz producen los colores metalizados que todos admiramos; además, sus alas tienen como en los insectos la facultad de vibrar rápidamente formando un ocho, lo que permite a la avecilla volar hacia atrás, si éste es su deseo. Así se detiene en el aire curioseando las flores y parte como una bala.
Como es una esmerada creación de Dios, su presencia anuncia en las viejas casas solariegas, una pronta visita. Cuando hay un enfermo, su llegad indica una reacción favorable en sentido de restablecimiento completo.
Pero si alguien logra aprisionarlo, o si lo mata, recibirá un duro castigo.
Su misión es alegrarnos con su presencia e invitarnos a la contemplación. Es tan débil que no tolera el encierro, pues para existir necesita el néctar de las flores y la ducha de luz


Clelia Gómez Reynoso (Leyendas para niños)

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