El Punche de oro de los Sutiabas
En Sutiaba existe un tesoro enterrado y el espíritu de ese tesoro sale por las noches dos veces al año: antesito de la Semana Santa y en agosto, durante la mera mitad del invierno. Es un inmenso cangrejo que brilla como el oro. Emergiendo del furibundo oleaje del Océano Pacífico, enciende las playas de Poneloya y todo su largo itinerario, arrastrándose entre montañascales, hasta llegar a la comunidad indígena de Sutieba y detenerse ante la puerta mayor de la iglesia. Pasa luego a reverenciar el sol suspendido en la bóveda del vetusto templo.
Todos los que han tratado de perseguir al Punche de Oro se quedan sin habla durante varios días. Cuando lo agarren, van a desencantar al Cacique Anahuac, a quienes los españoles ahorcaron en un palo de tamarindo que todavía se admira en Sutieba. Dicen que el palencón vive permanentemente cargado, dando tamarindos gigantes que no se pueden comer. El Punche tanbién sale para que un sutiabeño lo agarre, encuentre el tesoro y se haga rico.
Fuente: https://www.elnuevodiario -leyendas-nicaraguenses
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