lunes, 29 de noviembre de 2021

Leyenda del volcán Barva

 

Es una leyenda costarricense, según la cual, en la época colonial, un tesoro inmenso fue abandonado por los indígenas, en los bosques del volcán Barva, en su huída. Dos conquistadores españoles, extraviados y perdidos durante  días por lo bosques, encuentran el tesoro. Están agotados y tan extenuados que uno de ellos se encuentra moribundo y le pide a su compañero la promesa de que con la parte del tesoro que le corresponde haga levantar una ermita a la virgen del pilar, patrona de España.  Éste lo promete, pero una vez muerto el primero, su corazón se llena de avaricia y piensa que es mejor quedárselo todo para él. Carga con él y echa a andar dispuesto a salir de la montaña. Tras largas horas de caminar se da cuenta de no puede salir del bosque. Rendido de cansancio se queda dormido. Al día siguiente, al despertar, observa con asombro que se encuentra en el mismo sitio donde hallaron el tesoro y que tiene al lado la tumba de su compañero.  Escucha un llanto lastimero, levanta los ojos y ve a una bella mujer desconsolada, que le dice: ‘lloro por aquellos hombres sin fe, que no cumplen con la palabra empeñada’. El conquistador español queda avergonzado y le promete construir la ermita a la Virgen del Pilar. La mujer no acepta la promesa y sigue  llorando hasta llenar el cráter del volcán con sus lágrimas. La leyenda termina diciendo que el conquistador español se volvió loco y murió de angustia. Desde entonces, los que han transitado por allí, en algunos amaneceres, cuentan haber visto la iglesia de la Virgen del Pilar.

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martes, 23 de noviembre de 2021

Hequet

Diosa egipcia de la fertilidad, comadrona que asistía en los partos. Se asociaba también a la idea de la resurrección. Se representaba como una rana o una mujer con cabeza de rana.

Se creía que cada mañana asistía al nacimiento del sol, dándole el soplo de la vida. Era conocida como ‘la que hace respirar’. Se le tenía como diosa embarazada, hija de Ra, esposa de Shu y madre de Nut y de Geb.

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martes, 16 de noviembre de 2021

El Rey de los Tapires

 

Una leyenda costarriqueña cuenta que una vez salieron dos indios a cazar, se encontraron con un tapir blanco que intentaron matar en vano. Persiguiendo al tapir, uno de los indios se perdió y estuvo tanto tiempo sin aparecer que en el poblado creyeron que habría muerto. Dice la leyenda que este indio oyó el canto de un gallo, se acercó y en un palenque se encontró con un hombre fornido que le aconsejó que, en la caza, disparara a matar y no a herir. Le invitó a entrar y le trajo chicha para beber y, para comer, carne del tapir al que el indio había disparado sin éxito y que él había matado. Le dio un trozo de caña y le dijo que la plantara en su casa y que no podría hablar hasta que la caña creciera hasta su tamaño natural. Termina la leyenda diciendo que este hombre era el rey de los tapires y que, en efecto, el indio, cuando la caña creció, pudo hablar para contar todo lo que le había acontecido. 

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lunes, 8 de noviembre de 2021

Anuket

La diosa del Nilo; diosa del aya en la mitología egipcia.

Considerada también como diosa de la lujuria, se consideraba que fertilizaba los campos en las inundaciones. Era representada como mujer con corona de plumas y su animal sagrado era la gacela. A veces se le representaba amamantando al faraón y se le llamaba ‘Madre del Rey’.

De origen nubio, era venerada en todo el territorio  nubio. Celebraban su fiesta en la crecida del Nilo, arrojando al río oro y joyas en acción de gracias por el agua.

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miércoles, 3 de noviembre de 2021

La piedra del encanto

 

Saliendo del pueblo de Tres Ríos (Costa Rica), en la ladera de la montaña, se encuentran unas piedras gigantescas superpuestas de manera tal que forman una cueva, en la que, según una leyenda popular, habitan seres fantásticos. El conjunto es conocido como La Piedra del Encanto.

Cuenta la leyenda que, en tiempos de la colonia, llegó a tres Rios un gobernador español, don Pánfilo Aguilar, con su esposa y sus hijos: dos varones y Catalina, una muchacha bellísima cuya fama se extendió pronto por la comarca, siendo la admiración de los jóvenes solteros. El corazón de Catalina, sin embargo, pertenecía a Mecheque, el apuesto hijo del cacique indio vecino del lugar. Por un tiempo este amor permaneció oculto, pero cuando el viejo don Pánfilo se enteró, tomó la determinación de mandar a la muchacha a otra ciudad y alejarla del joven indio. Ante tal situación, Mecheque robó a Catalina con el consentimiento de ésta y ambos huyeron. El español con su gente buscó a la muchacha  sin éxito durante varios días. Un muchacho intuyó que estarían escondidos en la cueva de la montaña, pero una vez allí, sólo encontraron las piedras de las que hemos hecho mención. Las piedras dejaban ver sólo una pequeña hendidura y las esperanzas de encontrar a los amantes se esfumaron.

Hoy, sin embargo, los enamorados que en noche de luna llena se acercan a estas piedras, aseguran que se ve a una joven rubia acariciando a un joven moreno que aparece adornado con sus armas de caza.

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