La Siguanaba (En la
mitología salvadoreña)
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La mitología salvadoreña explica el origen de La
Siguanaba:
En un principio, era una mujer muy hermosa, con
conocimientos de brujería, llamada Sihuehuet. Con sus encantos enamoró a
Yeisun, príncipe hijo de Tláloc. Se casaron, ella se convirtió en princesa y tuvieron
un hijo llamado Cipitío.
Yeisun, que era guerrero, se ausentaba del Palacio con
frecuencia y Sihuehuet aprovechaba sus ausencias para tener amoríos
extramatrimoniales, descuidando a su hijo Cipitío.
Sihuehuet determinó deshacerse de su marido para que uno
de sus amantes ocupase su trono. Con sus poderes de bruja compuso una pócima
que le hizo beber a Yeisun, quien quedó convertido en un gigante de dos
cabezas. Yeisun perdió el concepto del bien y del mal y en un banquete de
Palacio acosó a los invitados. Un guardia se le enfrentó y le dio muerte.
Cuando Tláloc se enteró de lo que su nuera había hecho
con su hijo, pidió ayuda al dios Teotl y éste convirtió a Sihuehuet en la
Siguanaba.