Según la mitología de Chiloé, La Pincoya es una joven
rubia, salida del mar y vestida de algas. Danza en la playa y con su baile
indica a los marineros si la temporada de pesca será abundante o no. Acude en
auxilio de los náufragos para rescatarlos o pera llevarlos al buque fantasma de
los hombres que nunca abandonarán el mar. A veces, se deja ver en las rocas de
los acantilados, peinando su larga cabellera.
Era hija de Millalobo, rey del mar, y de la Huenchula,
que había sido raptada para hacerla su esposa. Huenchula llevó un día a sus
padres la bebé Pincoya. La niña estaba cubierta con una manta, para que no la
viera ningún mortal, ya que de lo contrario se convertiría en agua. Huenchula
dejó que sus padres tocaran y escucharan los balbuceos y risas de la niña, pero
no dejó que la vieran.
Los padres de Huenchula no pudieron resistirse y, en ausencia
de ésta, levantaron la punta de la manta para ver a la niña. Cuando Huenchula
volvió, la niña se estaba disolviendo, convirtiéndose en agua clara. Cogió el
agua, la llevó hasta el mar y llorando nadó hasta donde estaba su marido. Éste
la consoló, le hizo mirar hacia atrás y
Huenchula vio a su hija crecida de golpe y convertida en una bella adolescente.
Desde entonces, por medio de su hija La Pincoya, Millalobo ofrece peces y mariscos a los
marineros chilotes y los auxilia en sus naufragios en el mar.
(Resumen personal de varias versiones recogidas de la
red)
foto mispoemas.es