Encontré en la red esta bonita leyenda
que paso a resumir:
Prathé era una ondina que se enamoró
de un príncipe y se casó con él, adquiriendo la condición humana. La reina de
las ondinas, deseosa de que Prathé volviera al lago, y conocedora de la
flaqueza de los humanos, le vaticinó que sería dichosa, mientras su marido le
fuera fiel.
Acostumbrado el príncipe al galanteo
mundano, no tardó mucho en enamorarse de una dama de su corte, lo que supuso el
llanto y la infelicidad de la ondina. Prathé recordó las palabras de su reina y
volvió al lago.
No pasó mucho tiempo, sin que el
príncipe se arrepintiera de su infidelidad. Supo entonces hasta qué punto
estaba enamorado de la ondina y resolvió volver al lago, pedirle perdón y
prometerle un amor eterno y exclusivo.
Prathé al oír sus palabras, salió a la
superficie para advertirle con toda seriedad, que, para volver a ella, debería
saber que, en adelante, iba a correr su vida un riesgo mortal y debería
aceptarlo. El príncipe, enamorado como
nunca de la belleza de la ondina, le juró que jamás se separaría de
ella. Al oír el juramento, Prathé lo atrajo para si en un estrechamente,
mientras los tragaba un remolino.
Junto a su ondina, el príncipe quedó
ahogado, en las profundidades de las azules aguas, en un abrazo dulcísimo y
eterno.