La bruja Zárate y el pavo real
Cuenta una leyenda costarricense que el español Pérez Colma
gobernaba la ciudad de Aserrí en los tiempos coloniales. La bruja Zárate lo
amaba, mas, al no ser correspondida, se vengó convirtiendo el pueblo en una
piedra gigantesca, a los habitantes en animales y en pavo real al español.
La bruja Zárate, pequeña y rechoncha, parecía ser bondadosa
con sus clientes; además de curarlos, les regalaba frutas, que se convertían en
monedas de oro.
Un tal Diógenes Olmedo quiso visitar a la bruja, pero al
llegar a la enorme piedra, por más vueltas que le dio no encontraba el camino
de llegar hasta ella. Desde las ramas de un árbol vecino, unas palomas le
indicaron que diera tres golpes en la piedra y él así lo hizo. Al instante
apareció la bruja, llevando, sujeto con una cadena un pavo real y le preguntó a
Diógenes el motivo de su visita. El pobre hombre le contó que su esposa
despareció, junto con unas amigas un día en que fue a bañarse al río, y que sus
hijos estaban enfermos. La Zárate acompañó al hombre hasta una laguna donde
había un toronjar y le llenó la alforja de toronjas. A continuación le dijo que
marchara a su casa que unas palomas blancas le guiarían.
Termina la leyenda diciendo que los niños recibieron a su
padre con alegría, que las toronjas se convirtieron en oro y que Lupita, pues así se llamaba su mamá, llegó al
día siguiente con sus amigas
desaparecidas. La bruja Zárate, al verlas bañándose en el río, las había
convertido en palomas blancas, esperando devolver al pavo real a su forma
primitiva, en el momento que consintiera en ser su amante.
Imagen:https://www.google.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario